Laslavandas

22 junio 2019

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Dragones de la iglesia

Los Dragones de Robledo

Nadie se esperaba que como postre especial de la obra de reparación y restauración de nuestra iglesia nos íbamos a encontrar con la extraordinaria colección de dragones medievales que decoran sus bóvedas y que tanta admiración han despertado en tantas personas y lugares. Según los especialistas que ya los están empezando a estudiar en profundidad, Robledo de Chavela cuenta con el más valioso conjunto de pintura tardomedieval de la Comunidad de Madrid y posiblemente con la más valiosa decoración de dragones de España. Toda una alegría para nuestro pueblo, y a la vez, una gran responsabilidad de divulgar y proteger este valioso tesoro heredado de nuestros antepasados.

Las circunstancias de su descubrimiento son bien conocidas. En el año 2009 se cerró de emergencia la iglesia, en vísperas de Navidad, por el riesgo inminente de desplome del tejado, aquejado de serios fallos estructurales, de conservación, y de ataque de termitas. Nadie sabe lo que hubiera podido pasar con ese desplome del tejado sobre nuestras bóvedas, pero es posible que buena parte del templo robledano se hubiera perdido para siempre. Gracias a Dios, y a los trabajos de inspección de Carlos Martín, vecino de nuestro pueblo y reconocido especialista en restauración de patrimonio monumental, se descubrió a tiempo el problema y se pudo parar el grave riesgo que planeaba sobre nuestra iglesia. El Arzobispado y la Comunidad de Madrid acometieron en 2011 una profunda reparación de cubiertas, muros, contrafuertes, paso de ronda y grietas, que nos dejó como resultado una iglesia segura, consolidada y limpia en su estructura exterior. Pero notablemente sucia y con serios problemas de seguridad en su interior.

Durante el año 2012 se estuvo buscando una solución a este problema, que pasaba por reparar y consolidar las bóvedas interiores y sanear en profundidad los gastados muros de la iglesia, a la vez que por restaurar y desinfectar la Capilla de la Soledad, bastión de las termitas y núcleo inicial del ataque que casi nos deja sin iglesia. Ante los recortes de la crisis y la ausencia de respuesta oficial, la parroquia optó por hacerse cargo, con la ayuda del Arzobispado, de toda la reparación interior del templo, cuyo cierre, además del deterioro progresivo estaba causando serios perjuicios a la vida religiosa y social de Robledo de Chavela. Haciendo el proyecto para esta tarea, Carlos Martín intuyó la posibilidad de que las bóvedas contuviesen pinturas enterradas desde hacía siglos. Ante la sorpresa de todos, este restaurador empezó a abrir catas en la bóveda, y así sacó a la luz unas increíbles muestras de pinturas murales de las que nadie sabía absolutamente nada.

Con el desarrollo de la obra en 2013, y con la ayuda de los grandes andamios puestos para la reparación de la bóveda, se pudo sacar a la luz íntegramente el conjunto de dragones, que para admiración de todos resultaron estar en unas condiciones excelentes para el largo tiempo que llevaban sepultados dormitando por nuestras bóvedas. La parroquia se ha encargado de descubrirlos, limpiarlos y consolidar sus colores, mientras que la Comunidad de Madrid se ha encargado de la reintegración y restauración final del conjunto. El resultado, a la vista de todos los robledanos, es verdaderamente magnífico.

Se trata de una colección de unos 80 dragones, de diversas morfologías y colores, repartidos en ingeniosas composiciones a lo ancho de las dos altas bóvedas de la cabecera fortificada del templo. Se están datando actualmente en torno al año 1500, y son de una calidad sobresaliente, por su pincelada, composición, colorido, dinamismo, expresión y variedad, cualidades que se resaltan al compararlos con conjuntos similares que se encuentran en Valencia, Murcia, Córdoba, Ciudad Real, Sigüenza o Palencia.

Queda el enigma de saber quién los encargó, a qué pintores se recurrieron y por qué se ejecutó este sorprendente proyecto de pintura medieval. Con respecto a su significado, descartando sentidos esotéricos o maléficos, que casan bastante mal con la mentalidad del siglo XV por muy sugerentes que hoy resulten a algunos, cabe apuntar la hipótesis de que se refiera a la protección poderosa que desde los cielos socorre a las personas en la tierra, además de recordar el ancestral papel protector de lugares sagrados que se atribuyó a dragones, leones, águilas y otro tipo de poderosos animales. Posiblemente decorar con dragones las partes más nobles de las iglesias a finales de la Edad Media buscaba transmitir un claro mensaje: «aquí debajo estamos bien resguardados» y «este espacio sagrado debe tratarse con veneración, pues está custodiado por los poderes celestes». Es una hipótesis, pero esperamos que vengan muchos investigadores que puedan profundizar en este curioso enigma.

De la misma manera que esperamos que todos los robledanos puedan disfrutar y admirar este valioso tesoro que guarda su iglesia, y que puede dar una valiosa contribución a la imagen de Robledo de Chavela. Muchísimos visitantes han demostrado este verano el interés que estas pinturas despiertan en tantos lugares. Seguramente vendrán muchos más a contemplar estas espléndidas criaturas medievales, que despertadas de un sueño de cinco siglos lucen espléndidas en la iglesia para orgullo de vecinos y disfrute de visitantes.