Los Dragones de Robledo
Nadie se esperaba que como postre especial de la obra de reparación y restauración de nuestra iglesia nos íbamos a encontrar con la extraordinaria colección de dragones medievales que decoran sus bóvedas y que tanta admiración han despertado en tantas personas y lugares. Según los especialistas que ya los están empezando a estudiar en profundidad, Robledo de Chavela cuenta con el más valioso conjunto de pintura tardomedieval de la Comunidad de Madrid y posiblemente con la más valiosa decoración de dragones de España. Toda una alegría para nuestro pueblo, y a la vez, una gran responsabilidad de divulgar y proteger este valioso tesoro heredado de nuestros antepasados.
Las circunstancias de su descubrimiento son bien conocidas. En el año 2009 se cerró de emergencia la iglesia, en vísperas de Navidad, por el riesgo inminente de desplome del tejado, aquejado de serios fallos estructurales, de conservación, y de ataque de termitas. Nadie sabe lo que hubiera podido pasar con ese desplome del tejado sobre nuestras bóvedas, pero es posible que buena parte del templo robledano se hubiera perdido para siempre. Gracias a Dios, y a los trabajos de inspección de Carlos Martín, vecino de nuestro pueblo y reconocido especialista en restauración de patrimonio monumental, se descubrió a tiempo el problema y se pudo parar el grave riesgo que planeaba sobre nuestra iglesia. El Arzobispado y la Comunidad de Madrid acometieron en 2011 una profunda reparación de cubiertas, muros, contrafuertes, paso de ronda y grietas, que nos dejó como resultado una iglesia segura, consolidada y limpia en su estructura exterior. Pero notablemente sucia y con serios problemas de seguridad en su interior.
Durante el año 2012 se estuvo buscando una solución a este problema, que pasaba por reparar y consolidar las bóvedas interiores y sanear en profundidad los gastados muros de la iglesia, a la vez que por restaurar y desinfectar la Capilla de la Soledad, bastión de las termitas y núcleo inicial del ataque que casi nos deja sin iglesia. Ante los recortes de la crisis y la ausencia de respuesta oficial, la parroquia optó por hacerse cargo, con la ayuda del Arzobispado, de toda la reparación interior del templo, cuyo cierre, además del deterioro progresivo estaba causando serios perjuicios a la vida religiosa y social de Robledo de Chavela. Haciendo el proyecto para esta tarea, Carlos Martín intuyó la posibilidad de que las bóvedas contuviesen pinturas enterradas desde hacía siglos. Ante la sorpresa de todos, este restaurador empezó a abrir catas en la bóveda, y así sacó a la luz unas increíbles muestras de pinturas murales de las que nadie sabía absolutamente nada.